Primavera tardía – No querer decir adiós.
- María López-Bleda
- 26 abr 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 abr 2018

FICHA TÉCNICA:
Título: Banshun (Late Spring) (Primavera tardía)
Año: 1949
País: Japón
Director: Yasujiro Ozu
Productora: Shôchiku Eiga
Guión: Kazuo Hirotsu, Kogo Noda, Yasujiro Ozu
Fotografía: Yuuharu Atsuta (B&W)
Música: Senji Ito
Duración: 108 min.
Género: Drama
Reparto: Setsuko Hara, Chishu Ryu, Hohi Aoki, Masao Mishima, Kuniko Miyake, Haruko Sugimura
SINOPSIS
Noriko es una joven que cuida de su padre viudo, Shukichi. La protagonista está en edad de contraer matrimonio, por lo que entra en escena su tía, quien tiene cometido esposarla.
IMPRESIONES
Ozu nos muestra el Japón de la posguerra, momento por el que el país sufre una gran depresión moral y de identidad.
Con éxito se nos trasmite el enorme dolor que una separación de una relación tan arragaida provoca. Pasa lo inevitable, ambos protagonistas sabían que el día de dividirse llegaría. Pero se le añade algo peor, hablo de que el matrimonio fuera de conveniencia. Que una relación tan pura, bella y firme como la de Noriko y Shukichi se vea interferido por un desconocido es horrible.

En los diálogos, Ozu pone la cámara frente a los actores, de tal manera que parece que nos miran y que somos nosotros con quienes hablan. Es una manera formidable de involucrarnos y desnudar la expresión de los actores, deja que la mirada hable más que las palabras.
La psicología de los personajes es formidable. En realidad es Noriko quien no quiere casarse, ella desea quedarse con su padre, pero sabe que es lo que le conviene y toma la decisión.
Su padre es un hombre serio, encarna al padre patriarcal de la sociedad de entonces. Aunque sea aparentemente duro, con su hija es distinto, es cercano y queda más que demostrado lo mucho que la quiere. Quiere ayudarla en tomar su decisión porque sabe que es lo correcto.

La última de las escenas es la más dolorosa: Shukichi llega a su casa pero esta vez solo. Trata de pelar una fruta, no puede, no tiene a quien pedírselo y rompe a llorar. Yo, personalmente, le acompañé en su llanto.

Estéticamente no tiene pérdida, a las películas de Ozu nunca le falta su estilo propio.
En los planos generales, la cámara se sitúa a pocos centímetros del suelo. Un profesor mío nos explicó como curiosidad que esto resultaba un problema en la dirección artística, ya que obligaba a crear techos para las escenas interiores.
Ozu reniega de los movimientos de cámara, ya que la cámara permanece inmóvil en casi todo el filme.

Si lo que quieres ver es una historia emotiva con una riqueza audiovisual casi perfecta, entonces apunta en tu lista Primavera tardía de Yasujiro Ozu.
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